Se trata de un look personalizado por Nicolas Ghesquiére para ella.

El poder prescriptor de Meghan Markle es tan grande que ya durante los meses previos al enlace con el hijo de Diana de Gales se hablaba del "Efecto Meghan", por su capacidad para hacer que se agoten las prendas y complementos que luce.

Pero si este efecto se hizo especialmente notorio en alguna ocasión fue tras su boda con Harry, momento en el que los dos vestidos que lució, el Givenchy con cuello barco muy similar al que ha lucido en esta ocasión, y el el Stella McCartney con cuello halter que se puso para su segunda salida, se convirtieron en los modelos más solicitados por las novias de este año.

El portal especializado en moda Lyst analizó en su día el "Efecto Meghan" con precisión y concluyó después de estudiar las búsquedas y ventas de algunos de los vestidos elegidos por ella que esa elección era capaz de elevar las ventas de un modelo determinado en más de un 200%.

No solo, eso, su vestido de novia fue el más buscado en Internet de la década después del que Alexander McQueen de Kate Middleton, por supuesto.

Aunque el Louis Vuitton que llevó a la entrega de premios que reconocía su labor frente a la fundación Archewell no pertenece específicamente a una colección nupcial reúne todas las características necesarias para convertirse en referente: es blanco, minimalista, tiene elementos de moda muy ponibles para cualquier cuerpo y además añade una cierta modernidad con una falda globo que podría confundirse con un pantalón.

El tono del vestido de era el guño de Ghesquière a la labor filantrópica de los duques. Este premio lo han recibido también el expresidente Barack Obama o la vicepresidenta Kamala Harris.

Otro de los detalles más comentados fue que Markle lució en uno de sus dedos una aguamarina perteneciente a la colección personal de Diana de Gales.